He abierto otro blog hace un corto tiempo para demostrar que no soy emo. No, mentira, por saltarme esa etapa natural de la vida loca ahora soy hipersensible, así que la melancolía aflora de tanto en tanto. He creado otro blog porque a veces quisiera comentar algunas cosas que me han servido, que me gustaría haber sabido antes, pero que tuve que aprender a la mala, a la fuerza, a solas y porque cuando comienzas transformarte en un adulto, cuando pasas de larva a pupa y luego a mariposa o mosca, no tienes una segunda chance porque has de valerte por ti mismo.
Mi mejor amiga tendrá una bebé. Me entristece un poco que nuestras hijas no vayan a jugar juntas durante sus infancias, sin embargo estoy feliz porque ella lo está. Ayer comí con ella. Me dijo que antes de concebir a Rafaela deseaba que su primogénito fuera varón. 'Ser mujer es muy difícil, ¿cómo le voy a enseñar?'. Es un mundo duro para todos, a menos que seas millonario (y no de los cojudos que dicen que el dinero no es importante), pero tiene algo de razón. Pese a ello, con toda la sangre y los riesgos de cada etapa femenina, tras 20 años de haber respirado por primera vez en un hospital del estado y que mi mamá se deje cortar el sexo por amor a mí, estoy contenta con lo que soy. Tal vez lo poco que puedo contar le sirva a alguien. A Rafaela, a la niña de 6 años que descubrió algo agradable cuando su pijama rozó su pecho, a la chica de 15 que se muere por un guitarrista pelucón y pendejo, a mi futura hija -Diosito, si existes, que sea hembrita, pofavó-, a mí misma. Gracias por leerme acá. También estoy en enamorir.blogspot.com, por cierto.
