Desvaríos ligeros y otros más profundos

13 de octubre de 2014

Posted by with No comments
Nunca antes había visto tantos muertos y heridos en la pista rumbo a mi destino. 'No creo que sea de mal augurio', le dije a un buen amigo, como tratando de recomponerme, como queriendo creer que nada iba a salir mal. Craso error, qué miedo. Calma, no hubo muertos, heridos y heridas sí, pero no muertos. Un trabajo que nos tenía locos empezó a irse al diablo a las cinco y a las seis lo rescatamos a punta de jugo de piña y bocaditos. Los minutos pasaban, la gente no llegaba, mis talones dolían y mi cerebro latía, ¿o habría sido el reflejo de mis pies inquietos y nerviosos? La vértebra de mierda, la gente que nunca llegó. Ya el resto que quede ahí. Sueño con agua fría y el espejo impasible me mira: un desastre, los cuatro bocaditos que me comí van a ser mi cena, que el lío de mi cabello me sirva de sábana. Qué estúpida, oigo mi estómago sonar aunque no siento hambre. Qué estúpida, es hora de dormir. De regreso ya no vi muertos. De regreso no vi nada.