Desvaríos ligeros y otros más profundos

22 de diciembre de 2013

Posted by with No comments
¿Qué haces cuando ya no tienes a nadie? No, no tengo diario, este blog a veces me sirve de pañuelo y otras de lienzo, y hoy me toca cubrirlo de mocos y lágrimas. Espanto a la gente que me quiere, y a la que no espanto, esa se me va. Tal vez he hecho algo muy malo inconscientemente y por eso estoy así. La vida es más injusta con los que le pedimos a gritos que sea distinta, ¿no? Parece.

Aunque sea una palabra de consuelo, una solamente, pero no. Ya no hay nadie, todos sufren por igual y no los voy a cargar más con mi dolor, bastante han de tener con los suyos. Pero ya no hay un hombro donde recostarme. Dormiremos mis recuerdos, mis visiones y yo sobre alguna piedra lo suficientemente grande como para albergarnos. Dormiremos porque es agotador ser optimista y ya no tengo fuerzas. Despiértenme el próximo año.

Mueras o no, no quiero que sufras. Pero yo no mando en el mundo y no puedo hacer más que tomar tu mano y decirte que todo estará bien.

Estaré bien.

18 de diciembre de 2013

Posted by with No comments
Algunos gustos que ni siquiera lo son de verdad duran tanto que los confundes con amor. Eso es todo.

1 de diciembre de 2013

Pre 2014

Posted by with 1 comment
Hoy, domingo, estoy sentada de nuevo frente a mi computadora. Ya casi se acaba el ciclo y solo necesitaré un par de días para recargar baterías luego de ello y retomar con fuerza todo lo que tengo planeado hacer. Este no ha sido mi año y como siempre, me  pongo a buscar culpables. Se lo atribuyo a derramé la bolsita de lentejas que me regaló una amiga en la víspera de Año Nuevo. Nunca antes me había pasado, pero esta vez sí y aunque sé que hay gente que sufre muchísimo, hacía bastante tiempo que no me tocaba tan personalmente. Sentí el golpe dos veces más fuerte. No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante, así que avanzas o avanzas, porque tienes que hacerlo. No regrets.

Por suerte tuve y tengo compañeros lindos. Mi familia, un par de amigos bien true -y otros a quienes recién descubrí- y algunos de mis profes, que sin darse cuenta -o quizá sí lo hicieron- me motivaron. Ah, los motivos, esas cosas que quienes leen libros de autoayuda escriben en una hoja antes del nuevo año. Justo esos nunca me faltaron. Los motivos, no los que leen esos libros, Dios me libre. Así que, bueno, esta vez no botaré mis lentejas porque si no me sugestiono y, al menos en mi caso, eso me cae terrible. No voy a volver a empezar porque no me equivoqué -hasta donde sé-, voy a terminar con todo y voy a emprender todo lo que no pude. Chaucha. :)

23 de noviembre de 2013

Un pez horrible en el fondo del mar

Posted by with No comments

Siento los músculos contracturados y que la tecnología nos absorbe a todos. A veces envidio a mi tía, a ella le van y le vienen las computadoras, en cambio yo, tengo fotoportadas por hacer. Y me revienta. No el proyecto, está bueno, en realidad, pero por estas que estoy haciendo nadie va a dar un real. Mi papá necesitaba usar la computadora buena y yo estoy a la deriva con esta, que debería ser un instrumento de tortura para tecnómanos: ¡es inmanejable!
Y acá, sentada, pienso en lo harta que estoy de chatear y de las redes sociales, aunque de vez en cuando me divierto en ellas, me llega altamente tener que escribir sin que me salga ese callo redondeado en el dedo medio de tanto apretar el lapicero... es un escribir casi vacío, porque terminas hablando sandeces que sonarían mejor si salieran de tu boca y no de un teclado hecho en Taiwán. Me gustan los matices de las voces, ¿pero a quién mierda le importa lo que me gusta a mí? Ojalá hubiera nacido en otra época, en la que las cartas escritas hubieran sido el único recurso, como para esmerarse elaborándolas. Bueno, hay gente que se esmera escribiendo e-mails -lo he hecho-, SMSs -yala- y mensajes instantáneos -también, también-, pero estos se borran tan pronto eliminas la conversación. Nostalgia le llaman, nostalgia de leer letras pasadas, nostalgia de recordar cosas que no viví.
Váyanse al fondo de un hoyo y no hablen con nadie, hace bien de tanto en tanto, porque tu cabeza está expuesta a miles de estímulos todo el tiempo: el vecino bullero, tu canción, tu hermanito que llora, el calor que te hace hervir la sangre que crees escuchar. Eso altera. Quiero ser un pez horrible para que nadie me pesque mientras vivo en las aguas heladas y profundas. Quiero irme.

20 de noviembre de 2013

Posted by with No comments
Se me suele pasar la mano. Y el pie y la rodilla y la boca y la nariz y el cerebro.

15 de noviembre de 2013

Conexión interdimensional

Posted by with No comments
Hola, soy yo de nuevo, una de los millones de personas que tiene fe solo cuando las cosas no pueden salir peor. Es que me he desengañado tanto, todo lo que he conseguido lo he ganado -creo- y me ha costado. He tenido golpes de suerte, de mucha suerte. Otras veces han sido tales que han parecido milagros. Ahí, justo ahí, creo. Porque ya no tengo nada que perder. Maldita conciencia que me repite que terminaré en el infierno, maldita educación. La realidad tiende a ponerse cada vez más cruel cuando quieres que alguien te diga que todo va a pasar. Lo bueno: Ya me lo han dicho. Lo malo: Aún no pasa. Y a veces solo miro por mi ventana cuando el sol se empieza a ocultar y mi perro viene a hundir sus narices en mis botas, ya no puedo evitarlo y lloro un poco porque si no se me va a notar en los ojos. Después, vuelvo en mí y trato de convencerme de que algo bueno saldrá de todo esto, aunque sinceramente, no le veo nada rescatable a esto que se pudo evitar. Buscar culpables no solucionará nada, ¡pero si igual no hay solución! Que se acabe todo lo que tenga que acabar porque esto está consumiéndome y esto no es vida para nadie aquí. Si me oyes, si recuerdas que no soy una de las que no son nadie, ayúdame porque solo alguien que no es de esta naturaleza podría hacerlo. 

14 de octubre de 2013

Posted by with No comments
Dios, hace tanto no estás de mi lado.

28 de septiembre de 2013

Posted by with No comments
You could die but you're never dead.

7 de septiembre de 2013

El ángel salido del mar

Posted by with 2 comments
Cuando tenía 15 años quería un hermano, pero un hermano mayor. Lógicamente no podía obtenerlo de forma natural, a menos de que alguno de mis progenitores hubiera tenido escondido un hijo suyo en el sótano de mi casa. Bueno, no tengo ni hermano mayor, ni sótano, pero cuando estaba por finalizar ese año conocí a un muchacho muy agradable.

Como vivíamos lejos conversábamos generalmente por chat. La música era más que entretenimiento para nosotros y aunque yo no era tan deportista como él, trataba de aprender cosas nuevas para estar a la altura de mi nuevo compañero de tertulias, este jovencito que había llegado como caído del cielo... o salido del mar con una tabla de surf bajo el brazo.

La confianza se incrementó y cada vez que me ocurría algo sentía la necesidad de recurrir a sus consejos. Todavía me asombra su madurez y lo sensato que era a esa edad. Hablábamos de todo, coincidíamos, diferíamos, concertábamos y yo lo admiraba mucho, mas él nunca perdía su sencillez. Cuando había días en que sonreía y sin embargo, pasaba noches muy penosas, sabía que podía contar con él sin importar que viviéramos de polo a polo.

Este chico, Alvaro, tiene un año menos que yo, pero seguro ha vivido más de lo que sus 17 años le han permitido, por toco lo que ha pasado. No sé si es un ángel caribeño porque no me explico cómo hace para leerme la mente, llamarme y escucharme aún cuando no está enterado de nada; porque ha cantado, silbado, bailado y corrido conmigo, todo al mismo tiempo aquella vez que lo volví a ver luego de tanto. Alvarito, espero que algún día leas esto para que jamás olvides que esta pecosa te quiere con todo su corazón y que va a seguir brindándote todo su apoyo y que nunca vas a estar solo. ¿Sabes? De haber tenido un hermano hubiera sido un honor que fuera como tú, para chismear, filosofar, fungir de críticos de arte y cantar un poco más. Gracias por tu amistad, apuesto a que hasta el mismo tipo de sangre tenemos.

5 de agosto de 2013

Posted by with No comments
No, de nada soy reina.

1 de agosto de 2013

Posted by with No comments
Y la reina soy yo, se acabó.
O seaaaaaaaaaaaa.

12 de julio de 2013

El fin de ciclo es peor que la regla

Posted by with 2 comments
En días como este ¿qué quiero? Terminar mi tarea, terminar con lo abrumador que puede ser un fin de ciclo y caer sobre mi cama arrullada por una voz cálida, como esa que acompañaba al termómetro cuando estaba afiebrada, cuando me traían la ropa planchada o cuando trenzaban mi negro cabello. Ya no tengo cinco años, pero mi corazón -para desgracia mía- está volviendo a ser la misma cosita frágil que latía muy rápido, que luego dejó de latir para sentarse a pensarlo todo y que ahora, ya sabes, está volviendo a sus inicios. No se había curtido ese órgano musculoso, no se había dorado sobre la parrilla ardiente del mundo real, qué vaina. Vamos a volver a sentir y a dejarlo salir.

Encontré una imagen, con frasecita incluida, muy linda. No sé si Zooey lo habrá dicho, en estos tiempos hay que dudar de todo, pero me cayó muy bien hoy. Es esta de abajo:


5 de julio de 2013

Pisa tierra

Posted by with No comments
Todos somos complicados, no te sientas tan especial. 

24 de junio de 2013

Posted by with No comments
Mi racionalidad de nada le sirve a mis glándulas lacrimales. Tras un par de pasos las piernas me comienzan a temblar a veces. Solo a veces. Debe ser el frío.

16 de junio de 2013

¡Hola por segunda vez!

Posted by with 2 comments
¡Hola, lector! Me pregunto qué habrá sido de ti hoy, qué habrás hecho, qué habrás comido y qué habrás dejado de hacer. ¿Habrás soñado? Siempre podrás soñar despierto.

El nombre de esta entrada tiene una explicación, si te interesa puedes leer este párrafo y si no, salta al siguiente. Salta. *¡Plin! Hasta el otro párrafo*. Es de esta manera como saludo a mi hermano de panza, no hemos compartido vientre materno, ni llevamos la misma sangre, pero me hubiera gustado tener un hermano como él. No, no lo saludo todas las veces con un hola-por-segunda-vez, sino que se incrementan numéricamente a medida que nos encontramos por alguno de los pasadizos de la Universidad, o cuantas veces alguna de nuestras desquiciadas caritas muestre sorpresa así llevemos hablando quince minutos y soltemos un saludo una vez más y así sucesivamente. "Somos como esas cosas que estallan y sueltan serpentina". Así somos. Y encima nos parecemos físicamente. 

Ya, ¿y? Esta entrada se titula así porque, como ya mencioné en una  ocasión anterior, siempre quiero darle nuevos aires a este blog, el mismo que me motivó a comprometerme en la víspera de Año Nuevo a transformarlo y a sacarlo del hoyo poco a poco. No lo he logrado, soy consciente, pero nunca es tarde. Alguna vez un amigo y Bart Simpson me dijeron que debería arrepentirme de las cosas cuando estuviera en mi lecho de muerte, y no tengo nada que perder, solo teclear, hacer borradores en una agenda que ya se acaba y seguir tecleando para poder compartir con algún alma que se pase por estos lares. Voy a ver qué va saliendo y les digo ¡hola por segunda vez! Porque en medio de esta oscuridad los recibo en este humilde blog un año después y espero ser constante en esta ocasión. O al menos no escribir pavadas, aunque siempre escriba pavadas

Genial, ahora estoy pensando en cómo voy a empezar por segunda vez si mi primer intento no estuvo completo porque no di lo mejor. 

Hasta pronto.

29 de mayo de 2013

Espalda

Posted by with No comments
Tu espalda es más fuerte de lo que parece. Me has cargado con culpas y detalles. La blancura de tus hombros, tus pecas y tus oídos siempre abiertos para mí me demuestran que si me hubieran dado a escoger a un padre, habría escogido a Flea. Mentira, te habría escogido a ti y lo haría siempre. Te amo, Joel. 


Clases temprano

Posted by with No comments
Aquí en mi cama fría las sábanas se me pegan
Se pegan entre sí
Me golpean con sus suaves fibras
Cae una, cae otra, cae la almohada sobre mí
La taza de leche vacía, el pan a medio comer
Aún tengo sueño y ya son las seis
Los aretes sobre la mesa, helados mis pies
Para qué me voy a levantar
Para qué voy a ir
De todas maneras es tarde
Ellos ya no quieren nada de mí
Giro, me abrigo con mi propia piel, muerdo el pan
Suplico por café
Los maldigo con mi hígado
Los maldigo a más no poder
Quien haya inventado las clases temprano
El infierno ha de merecer.

2 de mayo de 2013

Posted by with No comments
Soy un desastre.

24 de abril de 2013

Posted by with No comments
Muéranse todos menos ustedes.

11 de abril de 2013

Momentáneos fotógrafos de la vanidad

Posted by with No comments
"¡Guárdalo ya!", me decían. Me acompañó mucho tiempo y no recuerdo si me lo regalaron o si lo compré. Era un espejo muy particular, parecía una ostra cuando se cerraba y daba la impresión de estar hecho de caramelo. En realidad, eran dos: uno común y el otro, de aumento, y por su practicidad se convirtió en un objeto infaltable en mi bolsillo. Como tantas de las cosas que me gustan de verdad, no sé qué tenía ese espejito: quizá era el único con el que me sentía cómoda en una edad en la que mi confianza había caído o tal vez porque sentía que me daba el poder de ser alguien más. Ahora que lo pienso, debe haber ido una mezcla de las dos cosas, es decir, me agradaba mi reflejo, y por ende, podría gustarle a alguien. 

Casi todos nos miramos -digo casi porque algunas religiosas y seguramente más personas no lo hacen-, nos observamos, escudriñando cada detalle nuestro en la privacidad de nuestras habitaciones, en nuestros baños o cuando estamos solos, y vaya que mirarnos puede ser abrumador o placentero. Todo eso depende del día, de nuestro humor, de nuestra piel, de la luz, del día del mes e incluso del espejo. ¿Cuántos de nosotros tenemos un espejo favorito? No sabría decirlo, pero a veces pasa que encuentras alguno que te devuelve tu mejor imagen y tú solo quieres que esa sea la manera en que los demás te ven. 
"God, save me rejection from my reflection. I want perfection."- Bodies, Robbie Williams

27 de enero de 2013

Viaje al centro de una lima

Posted by with No comments
Hace unos días fui al Centro de Lima y no tuvieron que obligarme a hacerlo como cuando era niña. Recuerdo que sentía temor, había tanta gente y tanto desorden que, literalmente, no se podía dar un paso sin rozar a alguien -o ser aplastado, por un humano o por una máquina-. Había que sortear ambulantes, "jaladores" y varios mendigos (los rostros de estos últimos eran los que más me conmovían y no podía quitármelos de la cabeza por días) para trasladarse lentamente, sudando, sufriendo. No sé cuándo empezó esta situación, quizá con la migración interna se fueron mostrando los primeros atisbos de caos en nuestra capital, mas en estos días los ánimos están caldeados y cualquiera que, a veces inocentemente, ose mencionar alguna palabra que despierte bajas pasiones, será tildado sin piedad de maldito, de racista. Yo no tengo que decir si lo soy o no: me parece patético escuchar a la gente decir que no es  racista o discriminador de alguna manera, cuando esa nefasta conducta, la cual se ha sabido meter en el inconsciente de la gran mayoría, brota sin pedir permiso, ¿o será que tan, pero tan arraigada está en los cerebritos de todos, que cualquier cosa que digas puede ser usada en tu contra? Casi como una caza de brujas en la Edad media, pienso. Soy hija de provincianos y de limeña solo tengo la partida de nacimiento, espero que me juzguen por mi conducta, porque a veces la lengua se me traba y me equivoco, y nunca faltará alguien dispuesto a etiquetarte .a ti, a mí o a cualquiera- por una malinterpretación. Mejor continúo.

La principal metrópolis peruana comenzó a mostrarse más agradable y gentil hacia mis ojos hace muy pocos años, y gracias a eso, descubrí una fruta de cáscara rugosa, pero de dulce interior: le pude ver el lado a amable a Lima. No fue cuestión de un par de meses, tomó mucho tiempo (los dos predecesores más cercanos de Susana Villarán tuvieron 8 años para hacer sus trabajo) y notemos esto ahora que estamos a mes y medio de las elecciones para la revocación o no de la actual alcaldesa, notemos que no hay que dejarnos llevar por el facilismo de decir que alguien es incapaz o que no hace nada porque otros lo digan... o porque repetir este discurso es más sencillo que informarse. Creo que la señora alcaldesa es honesta y en nuestro país, la contraparte de este valor es más aceptado y hasta alentado -pues "más vale que robe, pero que haga algo"- que la ética. Ni siquiera es cuestión de principios, basta un poco de materia gris para darnos cuenta de que es el dinero de todos nosotros el que va a parar a los bolsillos -o a las cuentas bancarias- de otros, dinero que, por cierto, también le costará a Lima en estos próximos comicios.

El fin de esta entrada era relatar mi experiencia caminando por el jirón de la Unión, no para sacar cara por nadie, ni para dirigirlos a vosotros, a favor del Sí o del No, pero solo espero que sea una elección inteligente,

Si llegaron hasta aquí y están dispuestos a leer mi aventura, adelante. De aventura no tiene mucho, aunque ya es toda una hazaña regresar a casa sin un dedito del pie pisado.

Hoy el Centro se ve y huele mejor, yo fui de tarde y la noche de verano cayó sobre mí, dejándome contemplar su magnífica arquitectura a la luz de los focos. En el Centro hay de todo, así de simple. Por un momento levanté la vista y me puse romántica, me sentí en alguna capital de Europa cuando observé sus balcones tallados, sus frisos y sus columnas... sentí que estaba en otra época hasta que un hombrito golpeó mi cadera: era un niño que iba con su madre. Después, tras un larga caminata hasta el jirón Quilca y luego de mirar a través de un telescopio improvisadamente instalado cerca a la plaza San Martín y alquilado por tes soles, retornamos al jirón De la Unión. Me sentí pequeña, más pequeña de lo que soy al verme rodeada de gente de todas partes. En ese momento pensé que también me gustaría darme una vuelta por alguna ciudad diferente a la mía, para extrañar a Lima, a la fruta de cáscara gruesa y gajos dulces, y para empaparme de otras culturas.

Entramos a la iglesia De la Merced y nos hallamos en medio de una boda- ¿dónde están los modales de estos bulleros que se vienen a zampar a matri ajeno?-. Podría hablar del peinado de la novia, pero esto parecería un bloque de espectáculos, así que solo diré que el amor pone a la gente linda, y así estaban los novios. Tomé algunas fotos de ellos y de la impresionante estructura de la basílica y salí en búsqueda de una banquita en la plaza. Miré por última vez a mi alrededor, las personan iban dejando vacío el lugar y pronto, mis compañeros y yo hicimos lo mismo. Con pasos lentos, por el cansancio y por no querernos ir -además de no tener el coraje de enfrentarnos al tráfico nocturno- nos retiramos. El viaje de regreso ya es historia conocida.