Desvaríos ligeros y otros más profundos

2 de octubre de 2012

Antes y ahora, diferente

Posted by with No comments
Lo usual es que la gente que dice ser diferente sea la más común: hay tantos que dicen serlo y al final es solo para excusarse por ser iguales a los demás. Yo me siento diferente, nunca me sentí parte de un grupo con gente como yo. Ahora pensarán que sí soy como las personas que describí líneas arriba, y no sé... no creo, no recuerdo ir repitiéndole a todos que lo sea, sino que, más bien, se han dado cuenta por sí solos. Esa pizca de orgullo de nos ser tan igual siempre estuvo en mí y me hacía sentir ¿diferente? ... déjenme hallar otro adjetivo... ¡auténtica! Me hacía sentir yo, ¡eso es! Solo puedo afirmar que me hacía - y aún me hace- sentir tan bien, aunque otras veces también me hacía querer ser como los demás, con el respeto que se merecen.

Académicamente, en el colegio me fue muy bien; en algunos otros aspectos, más o menos diría yo. Me causa nostalgia recordar a mi grupo de amigos: nos excluíamos como queriendo excluir a los demás, éramos como una élite de rareza y no pasábamos de los cinco miembros, más algún paracaidista que acogíamos esporádicamente. Pasó el tiempo y la escuela fue una etapa concluida más, ¿Y ahora? No nos buscamos, ¡pero cómo sonreímos cuando nos encontramos! Cada uno de nosotros se volvió una pieza del rompecabezas, la presencia o la ausencia de cada uno se sentía y juntos, para bien o para mal- aunque yo creo que más para bien- nos fuimos haciendo "chicos grandes".

Ahora la universidad me ha mostrado un tipo nuevo de amistad- sin desmerecer a mis buenos amigos de siempre- que me sorprende cad adía más. Es como un pequeño matrimonio... no, no, ¡es como un gran matrimonio! Puedo decir lo que opino y no lo resalto porque antes no lo haya hecho, lo diferente es que ahora me siento más cómoda porque la gente que me rodea es fantástica e interesante, así, ir a la clases es más que solo ir a escuchar a un profesor: es crecer, dejar crecer mi mente. Hablo, pienso, grito, río, hago lo que quiero y San Marcos, mi San Marcos- ¿querrá ser mía? - me ha mostrado un microcosmos dentro de Lima y tiene todo lo que siempre quise. Siento que estoy en lo mejor de mi vida.