Desvaríos ligeros y otros más profundos

15 de octubre de 2014

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Hay una botella de agua girando libre por todo el piso del carro. A mis pies tenía que terminar. Frena, avanza, acelera, suave que nos matamos y vuelve a frenar. Ella vuelve a mí. Hace tanto calor que quisiera que se abriera para hacer de cuenta que tengo mar o río bajo mis rodillas, pero sigue rodando y yo muero de sueño... como ahora. Me gusta el agua, quiero dormir allí.