Ponle soundtrack a tus descargos y vete a la mierda, Natalí. Alguien o algo ha caminado sobre mi esternón y no puedo pasar mi saliva. Ahí viene tu papá, dile que estás resfriada, algo, que tu nariz está roja porque te entró algo al alma. El floro de siempre. El floro a todos. El floro en tu cabeza que se desliza como lodo y asfixia tu lengua. Ahora respira, sécate la cara. Hastío, miedo, qué insignificante soy. Cuánto pesa todo junto. Que se vayan todos a dormir, ahí salgo y en lo oscuro me vuelvo a quebrar.
Veinteañera sin fracturas ni operaciones, noctámbula como muchos, fanática del queso, maniática de la Internet, idealista que suele ponerse surrealista y penúltima romántica. Creé este blog porque quería ser escritora y para abrir mi cabeza y no ahogarme allí. No me hago la interesante.